Los retos estivales de la sanidad rural

Fuente: diariosanitario.com

Que un pueblo sea un paraíso para el turismo no significa que tenga la misma demanda para que el personal sanitario trabaje en él, por lo que los veranos se convierten en una odiosea para médicos como Raúl Salmerón y enfermeras como Elena Herreros, que lidian con unas Lagunas de Ruidera ‘a reventar’.

“Hay que cambiar el chip, en verano hay más demanda que nunca”

El entorno de las Lagunas es idílico, pero la carga de trabajo, no tanto. A los pacientes de siempre, con las patologías crónicas propias de una población envejecida, se suman miles de nuevos candidatos, desde los que tienen en Ruidera su segunda residencia hasta los visitantes y veraneantes esporádicos. Y es que en verano cambia todo, desde los pacientes hasta las patologías.

Las Lagunas de Ruidera tienen un punto de atención, ‘La Casilla’, que funciona para urgencias de verano con un médico, un enfermero, una ambulancia y dos técnicos de emergencias. En este sentido, Salmerón y Herreros son afortunados, ya que otros pueblos, la mayoría, que también multiplican población en verano, no tienen la suerte de un refuerzo.

Aún así, el día a día de la sanidad rural en verano no es sencilla. De hecho, el Dr Salmerón advierte: “Hay que cambiar el chip, en verano hay más demanda que nunca” en las zonas rurales. Tampoco hay que olvidar que muchos pueblos se consideran de difícil cobertura, es decir, que resulta complicado encontrar personal sanitario.

A estas dificultades para encontrar médicos se suman en verano las vacaciones de los facultativos y el aumento de la demanda, de ahí que Raúl Salmerón, tanto médico de Ruidera como presidente de la Sociedad de Médicos SEMG-CLM, pida a la Administración que incentive los destinos más complicados.

Desde insolaciones hasta picaduras de garrapata

Prueba de que la sanidad rural poco tiene que ver con la de la ciudad es que las patologías van desde insolaciones y gastroenteritis hasta heridas, picaduras de garrapatas y avispas, infecciones urinarias, otitis o accidentes propios del senderismo y el baño en plena naturaleza. Una de las patologías que comparten campo y ciudad son las faringitis por el abuso de los aires acondicionados, que hay que evitar sobre todo cuando se llega acalorado.

Burocracia y fronteras sanitarias

La sanidad rural también se enfrenta en verano a un escalón más en la burocracia diaria, ya que al atender a pacientes que vienen de otras autonomías no siempre se tiene acceso a su historial médico. También hay complicaciones para renovar los fármacos e incluso quien llega sin tarjeta sanitaria que lo identifique. Así, el Dr Salmerón insiste en que los pacientes crónicos deben viajar tanto con la medicación como con la tarjeta sanitaria e incluso con los informes médicos para que cuando llegue al pueblo esa sanidad rural no se enfrente a la falta de información. La sanidad rural es siempre complicada, pero el verano la somete a nuevos retos.